Un reportaje publicado en El Mercurio de Chile indica que los métodos de robo en la librerías se han refinado al punto de que los sensores electrónicos –cuando los hay- ya no son suficiente ayuda. Los ladrones han adquirido nuevas técnicas para sustraer los libros y también se han especializado en lo que se roban. Los objetivos más apetecidos son bestsellers, novelas de culto y textos de estudio. Según el informe, existen tres tipos de ladrones: “El primero de ellos es el ladrón ocasional, que roba cuando tiene la oportunidad de hacerlo. Ve un libro que le llama la atención, y si puede sustraerlo sin ningún problema, se lo lleva. Y ni siquiera hace una compra para disimular. La segunda categoría es la del ladrón ilustrado, que quiere leer un libro, pero no le alcanza el dinero; es tal su desesperación, que termina robándoselo. En la última categoría, la más despreciable según los libreros, están los ladrones por encargo, que reducen la mercadería en bazares populares, por menos de la mitad del valor del libro”. En 2006 los libros más robados fueron los siguientes: “Los detectives salvajes” de Roberto Bolaño, “El código Da Vinci”, “Inés del alma” de Isabel Allende, “El álgebra de Baldor” y “Atlas de anatomia” de Frank H. Setter.
El reportaje completo se puede leer en: http://diario.elmercurio.com
Referencia : http://www.cerlalc.org/secciones/publicaciones/boletin_red_de_librerias/boletin_18/noticias.htm
El reportaje completo se puede leer en: http://diario.elmercurio.com
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