sábado, 21 de noviembre de 2009

Librería Rayuela

Por Sofía González Ponce
Estudiante de 5to semestre, Comunicación e Información UAA


Al barrer con la mirada las calles del centro, encontramos específicamente en la Nieto casi esquina con Guerrero un lugar que entre puestos de ropa y deshilados, resalta a la vista por su vieja fachada; al voltear atraídos por una música que no es de esta época, tal vez proclame un tango de los de Gardel o algún jazz de Armstrong, qué sucederá ahí dentro nos podremos preguntar.
Por fuera sólo se puede observar un letrero que anuncia la compra-venta de libros. Por dentro es pasar a otra dimensión ya que con los libros viejos algunos de los cuales ya ni siquiera se publican, la consola para tocar discos de long play y el variado repertorio de estos discos, las artesanías hechas en México que forman parte del negocio; los cuadros de pinturas al óleo y de fotografías en blanco y negro como elementos de la decoración, se construye un escenario perdido en el tiempo. Adaptar este negocio a una casa vieja no ha de ser una proeza entonces, pensé; pero no me adelantaré y mejor indagaré con el dueño cómo es que surge la idea de negociar de esta forma…
Al entrevistarlo me encontré con que es un muchacho de apenas 22 años de edad y que es estudiante de la UAA, en la carrera de análisis químico-biológicos y se llama Daniel Gómez López, tiene dos meses y medio aproximadamente que abrió su librería llamada Rayuela ubicada en la calle nieto #242. Aunque empezó realmente a los 19 años en otro domicilio.
-¿Por qué poner una librería?
-Porque me gustan mucho los libros, me gusta mucho leer, me gustaría que la gente leyera, me acuerdo cuando estaba en la prepa y necesitaba dinero decidí vender mis libros y de ahí me empecé a conectar con gente, empecé a vender mis libros en casa Terán, después empecé a trabajar en una librería de libros usados, y ahí, el dueño como a los 6 meses de que trabaje me ofreció su bodega para que yo iniciara mi librería, como me gusto mucho el ambiente y el mundo que la rodea decidí arriesgarme y ponerla
-¿Cuánto tiempo hace de este suceso?
-Pues cuando me vendió su bodega y abrí mi librería fue en Octubre del 2006, no estaba en esta dirección, se encontraba en la calle matamoros, ahí empecé con un tiradero de libros estaban todos regados los clasificamos, empezamos a venderlos a 10 pesos. Ya se nos había ocurrido a un amigo y a mí rematarlos a este costo. Poco a poco fui dándole forma a ese tiradero, fui armando libreros, comprando mejores libros hasta que llego a tener más aspecto de una librería, en este domicilio duré dos años, la cerré en octubre del 2008, después de eso estuve un tiempo fuera del negocio y en marzo de este año regresé a trabajar en un librería de usado que se ubica en la calle Madero y a mediados de agosto de este año fue cuando abrí la librería Rayuela en la que estamos.
-¿Por qué consideraste arriesgado abrir este negocio?
-Principalmente es un riesgo como cualquier otro negocio, el detalle aquí es que ni yo a los libros los veo como negocio ni siquiera son buen negocio, el dueño de la librería que trabaje en Madero me pregunto el porqué si el ya la iba a cerrar por falta de ventas, yo le dije que simplemente era algo que yo quería hacer, yo sé que esto es un muy mal negocio pero es muy agradable.
-¿y qué es lo que te parece agradable de este negocio?
-Los libros están llenos de sorpresas, un libro usado pudo haber pasado por manos que nunca imaginarías. Aquí he conocido la vida de personas sin siquiera conocerlas simplemente con sus libros y detalles que dejan en sus libros. Otro aspecto muy gratificante es que puedo leer cualquier libro que tenga aquí y que quiera.
-¿Cómo es que logras mantener el negocio?
-Se mantiene de puro milagro y gracias a que trabajamos sin sueldo, tengo aproximadamente como mes y medio o dos que no le doy nada a la persona que trabaja en las mañanas, el mantener una librería es a base de sacrificios
-¿El decorado forma parte del negocio?
-Sí, las artesanías como son los juguetes típicos, aretes, collares; son parte del negocio ya que como el lugar es muy amplio la idea es aprovecharlo al máximo, también tengo otros proyectos para aprovechar todo, como proyectar cine, en la parte de arriba de la casa también en este espacio, hay un cuarto acondicionado como cuarto oscuro en el que se impartirá un taller de fotografía, también se piensan dar otros talleres de literatura, creación de alebrijes. Esta semana comienzan los cursos de ajedrez por las tardes y el sueño que completaría todo esto sería poner un café, así se tendría más que una librería, un lugar de cultura.
-¿De dónde obtienes los libros a la venta y qué tipo de libros comercias?
-Todo tipo de libros excepto los que son gratuitos, publicados por la SEP, por ejemplo, y básicamente la gente los trae; funciona como un bazar, la gente te trae sus libros y tú se los compras. Mucha gente piensa que nosotros se los compramos muy baratos y en realidad así es, pero como te digo pues esto es muy mal negocio; si la gente leyera nosotros venderíamos más y podríamos pagar mejor los libros que nos traen. Aquí puedes encontrar desde un libro editado este año hasta libros publicados en el siglo XVIII, XIX.
-¿Cuál es el libro más viejo que has tenido?
-Era del año aproximadamente 1750 trataba sobre religión, no recuerdo bien el título y el que tengo ahorita es de 1870 mas o menos aparte de libros antiguos puedes encontrar libros muy muy raros me acuerdo que hace tiempo tuve un libro que mando a hacer la esposa de un ex presidente no recuerdo pero era en la década de los 50 este libro hablaba sobre mitología y tan solo se hicieron 500 ejemplares, aparte d escaso era muy bonito en fondo y forma.

-¿Qué te hace no tirar la toalla?
-La ilusión de que algún día México sea un país de lectores.
Libros en las ventanas, en las mesas, algunos hasta en el piso y por supuesto en los libreros, el escrutinio de rutina llevará a nuestros ojos a trastabillar con formas de carruseles multicolores que sirven como portarretratos, los trompos de madera cuya figura si fuera humana, denotaría a una mujer muy caderona, el juego de boxeadores cuyo combate comienza al presionar el botón de madera que ora los separa ora los une, la muñeca de cartón hecha y pintada a mano michoacana, entre muchas otras artesanías, velas y cofres adornados con pines de la estrella roja o el personaje tapado con un pasamontañas negro, de la dama con uniceja y manos de artista o la mujer de piel arrugada y sus alucinantes viajes al pacha mama.
Todos los elementos que en conjunto dan forma a este gran negocio que básicamente se mantiene de las esperanzas de su creador, las cuales llevan deseos progresistas y de cambio principalmente, un lugar inspirado y que inspira visitarlo.