jueves, 27 de diciembre de 2012

Librero de viejo, viejo de libros




Librero de viejo, viejo de libros

Ocasión. En la Plaza Nueva se libra una batalla por defender la herramienta con la que la civilización occidental ha hecho las grandes conquistas sociales y culturales.
FRANCISCO CORREAL, SEVILLA | ACTUALIZADO 28.11.2012 - 09:23


UN buen librero de viejo deja en pañales el canon de Harold Bloom. Ha de tener conocimientos de Voltaire, Miguel Mihura, Chaves Nogales, Freud y además saber cómo quedó el Betis. O estar preparado para clientes puntillosos. "¿Tiene un libro que se titula Cien figuras españolas? Lo tuve en mis manos hace cincuenta años y no lo encuentro en ningún sitio". Y Luis Andújar, el librero, ni lo duda. "De Onieva, se utilizaba mucho en las escuelas. Dése una vuelta por el Jueves y si no lo tengo yo lo tendrá otro". 

No tiene Cien figuras españolas pero sí Las cien mayores empresas del mundo, de un tal Philip Mattera. "Hoy he vendido un Forner, Las exequias de la lengua castellana". El librero pega con mimo la portada de una Historia de la Sevilla del XVIII de Francisco Aguilar Piñal. "Un clásico vivo, vivía en la calle Don Pedro Niño, donde yo tuve la librería El Desván". 

Otra prueba. "¿Tendría algo de Manuel Chaves Nogales? Es que los tengo todos menos uno". "¿Y qué es lo que no tiene?", pregunta el librero al cliente. Le faltan las crónicas de la guerra. "Tengo La toma de ParísA sangre y fuegoBelmonte...". Dice Andújar que en la moda de los escritores juega un papel crucial "esa grey de catedráticos del régimen, la clase media intelectual que llegó a las cátedras sin muchas trabas". 

Junto a los locales, hay librerías de Madrid, Barcelona, Granada, Valencia, Málaga, Cádiz y Ponferrada. Una de ellas ofrece una edición ilustrada de Moby Dick. ¿Cuánto se tarda en pintar una ballena? Ni Jonás lo sabe. La Feria del Libro Antiguo ha llegado a su edición 35. ¿Es un pleonasmo lo de libro antiguo? Luis, el librero de El Desván, le regaló un libro electrónico a Maribel, su hija pequeña, "pero no lo usa". Fue pronunciar el nombre de la integrante de su prole y llegar una señora que pregunta por Maribel y la extraña familia. "Suelta no la tengo. Tengo las obras completas. Se las dejo en veinte euros". No hay trato. Una joya bibliográfica, desde Tres sombreros de copa a las Memorias del que fue director de La Codorniz con un prólogo escrito por Edgar Neville desde Marbella en 1962. Ese año, según comprueba el cronista en la colección correspondiente, dio el pregón de Semana Santa Sebastián García Díaz y antes sonaronAmargura de Font de Anta y Virgen del Valle de Gómez Zarzuela. 

"A la gente lo único que le resulta barato es el Marca", tercia Pedro Vázquez, fundador de Radio Vida, colaborador del semanario Oiga y contertulio de César González Ruano en el café Gijón. Ojo, que el Marca sale en Señas de identidad de Juan Goytisolo. A la Plaza Nueva llegan enfermos del libro. Así se titula un subtitulado Breviario personal de bibliopatías propias y ajenas. De todas las pruebas de la jornada, a la que más tiempo le dedica tiene un halo de romanticismo impreso. Se produce el encuentro entre el librero de viejo y el viejo de los libros. El anciano le deja dos cuartillas mecanografiadas con títulos de libros. "Son nuevos y seminuevos", le dice a Luis. "¿Los ha leído usted todos?", le pregunta el librero. "La mayoría no, están nuevos, sin estrenar", dice como si hablara de un coche o de un apartamento en la playa. 

El puesto de cómic tiene un cartel de Desayuno con diamantes, alternativa a la manteca colorá con Truman Capote y Blake Edwards. Laurence Sand tiene estampas costumbristas de Sevilla, alguna con la firma de García y Ramos, de revistas inglesas y alemanas. "Preguntan mucho por Cocteau", se sorprende Andújar. "¿Qué es lo que tiene de Voltaire?". La pregunta de la señora tiene segundas. En la librería Renacimiento hay diez títulos de Andrés Trapiello. En García Prieto,El manco de LepantoEl motín de Esquilache y otras obras de Fernández y González, best-seller del callejero.

http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/1408105/librero/viejo/viejo/libros.html

“Soy optimista, espero poner a leer al Perú a mis 63 años”


“Soy optimista, espero poner a leer al Perú a mis 63 años”

'Lito' Mendoza, Vendedor de libros.



'Lito' Mendoza, Vendedor de libros.
Renato Arana Conde.

-Tienes la consigna de que 'todo libro que se compra en tu tienda puede ser cambiado por otro del mismo valor'. Eso no es rentable, ¿sabes?
Ese es un compromiso que me he puesto: ponerse a leer. Con eso trato de rebatir un argumento que han usado los peruanos que no quieren leer: ‘Los libros en el Perú son caros', dicen. Yo escojo los libros por mis más de 50 años leyendo. Incido en ciertos temas como historia, filosofía, novelas.
-¿Eso no se prestaría a cierto tipo de censura a ciertos contenidos?
No. Yo creo que el lector debe ser panorámico.
-¿Y cómo decides qué vender y no?
Yo no decido. Yo tengo miles de libros, los cuales escojo porque los considero buenos. Hay libros constructivos y otros no tanto, solo para entretenimiento... Yo soy enemigo de los libros de autoayuda. Eso me parece muy religioso…
-¿Y qué hay contra la religión…?
La religión no creo que le haya aportado mucho a la humanidad, ha creado el oscurantismo más feroz por el que ha pasado la humanidad. Quizá el planeta no estaría en peligro hoy por la irracionalidad del hombre… del hombre ‘informático’ de hoy.
-Hoy, que la información se descarga de la internet y se puede leer desde una tablet, ¿por qué te aferras al romanticismo del texto en papel?
En una sociedad en la que la mayoría tiene menos de 200 dólares mensuales, ¿crees que tendrían acceso a una tablet? Y el libro en el país es caro. ¿Cómo podría una persona de ingreso medio bajo tener a esas fuentes de información? Para eso existen dos tipos de negocio. Uno, como el mío, donde puedes adquirir libros usados y el otro es el mercado de la copia.
-¿Y a los 63 años esperas poner a leer al Perú desde un puesto en el centro de Lima?
Sí. Soy famoso por mi optimismo. Tengo amigos muy viejos y jóvenes y con ambos me entiendo perfectamente, y eso solo te lo permite la lectura.
-¿Crees cumplirlo en vida?
No creo que yo lo logre, pero sí me gustaría ser tan ‘mal ejemplo’ para otros viejos como yo que, ahora que ya acabó su época de producción, devuelvan algo al Perú.
-Y no solo ellos, sino los jóvenes…
Yo soy feliz cuando veo venir aquí a jóvenes con alto coeficiente intelectual. Cuando veo a un joven con esas condiciones solo les pido algo simple: ¡Triunfen y no se vayan del Perú!
-Me contabas que también 'combates' dando charlas en los colegios.
Uno de mis alumnos, con la idea que yo manejo de poner a leer al país, creó una ONG… y ha logrado que empresarios y autoridades le permitan dar charlas a chicos de secundaria. Me pidió que les hable a chicos de Ventanilla. Lo hice y les explico lo que es leer y si es buena inversión la lectura.
-Pueden tener toda la predisposición de ponerse a leer, pero llegan a casa y se encuentran con padres que no leen o están ausentes, una televisión de señal abierta sin contenido.
Tu triunfo no depende de tu padre o de tu madre ni de tus profesores  ni del sistema. El triunfo o derrota de un hombre dependen de sí mismo.
-¿Aun siendo adolescentes?
¡Cierto!, porque es la mejor edad para captar un mensaje de ese tamaño. El problema es que, por no leer, los chicos de 15, 16 años de nuestro país siguen siendo niños. Mi alegría es cuando ellos me preguntan qué leer.
-¿Emilio Salgari?
Es lectura para muchachos de ocho, diez años. ¡Y no sabes cómo leen cuando tienen las ganas! (ríe)
-Fuiste director técnico de la Biblioteca Nacional en 2007, ¿cómo así llegaste?
Queriendo poner al país, le pedí a Alan (García) que me diera ese cargo y me lo dio. La tontería mía fue que cuando me ofreció la Biblioteca Nacional no se la acepté y me contenté con un segundo puesto, sin saber que el director no quería que el Perú leyera.
-¿No encontraste respaldo?
Cuando los cargos son de confianza y están basados en la política, se manejan otras cartas. Yo preferí irme si no se respeta lo que yo hago.
-Y volviste a tu tienda. Cómo escribiría Milton: Es mejor gobernar en el infierno que servir en el cielo.
Decidí que desde mi librería hacía mejor labor. Además, nunca fui empleado, acepté un empleo porque me dijeron que podía hacer mucha labor. Quería crear la biblioteca nacional de derecho, economía y pedagogía, por ejemplo.
-Veo que tienes un retrato de Haya de la Torre.
Soy aprista. A Víctor Raúl se le reconoce por buscar la unión de Latinoamérica, otros dicen que es el más grande luchador social... pero nadie lo felicita por lo mejor que hizo en su vida: fue el formador de la mayor cantidad de lectores que ha habido en este país. Antes, para ser aprista había que ser un tremendo lector, ahora, solo hay que decir: ¡Viva el APRA!

La ficha

Mi nombre es Víctor Raúl Mendoza Ferrer y nací el 20 de agosto de 1949. Empecé vendiendo libros usados en la Plaza San Martín y actualmente los vendo en la cuadra nueve del jirón Camaná, pero antes fui proveedor de barcos durante 20 años. Mi puesto se caracteriza por ser el punto de reunión de personas de toda edad y credo.

http://www.larepublica.pe/03-12-2012/soy-optimista-espero-poner-leer-al-peru-mis-63-anos