jueves, 28 de noviembre de 2013

Instalan en Xalapa la Feria del Libro Usado

 13 nov 2013 9:28 AM.
 Por: Redacción - xeu Noticias 

Los libros viejos tienen un aroma y un tacto especial que sólo otorga el lento transcurrir de los años y ése es el olor que se percibe en la Feria del Libro Usado de Xalapa, que hoy fue instalada a un costado del Parque Juárez y que permanecerá hasta el domingo 17, de las 10:00 a las 20:00 horas.
Doce librerías ofrecen tesoros de la literatura al visitante que esté dispuesto a revolver e investigar en los miles de títulos, usados y nuevos, que incluyen best sellers, novelas, teatro, poesía y ensayo.
Es diferente comprar en una feria como ésta porque no puedes ir por un título en específico, “hay que ir rebuscando con mucho cuidado, viendo uno por uno todos los libros para ver qué es lo que te llama la atención”, dijo Antonio Juárez Hernández, quien encontró Aura, de Carlos Fuentes y Poesía,de Carlos Pellicer. “El libro vale por lo que tiene en su interior, da igual que esté usado o nuevo, la diferencia solamente es el precio”.
Por su parte, Griselda Rasgado Guillén, quien llegó por casualidad para buscar libros de niños, comentó que vale la pena acercarse, porque estos ejemplares están al alcance de cualquier persona, “aquí puedes buscar entre muchas opciones lo que más te guste y te convenga”.
El coordinador de los Libreros de Xalapa y encargado de la feria, José Antonio Vázquez Toral, explicó que entre los libros usados se pueden encontrar ediciones que actualmente no están a la venta. “Un comprador puede tropezarse con un ejemplar de hace cien años, que la editorial ya no usa, cuyo autor ya falleció y que ha pasado por muchas manos. Esto hace que un libro se vuelva especial”.
El propietario de la Librería Da Vinci señaló que esta feria se enmarca dentro de la celebración del Día Nacional del Libro, y “para festejarlo salimos a la calle a promover la lectura, para que la gente se acerque a nosotros y conozca el material que traemos a precios muy accesibles”.
Además indicó que el evento contará con talleres infantiles gratuitos de papiroflexia, pintura y manualidades, “para que los pequeños se acerquen a este evento y a la par conozcan los libros y se vayan interesando por la lectura”.
En esta feria se puede encontrar una edición de principios del siglo XIX de Historia de la literatura; un corrido de la Revolución Mexicana llamado El Coyote, escrito por Celedonio Serrano; una edición de El quince uñas y Casanova Aventureros, una novela cómica sobre Santa Anna, y una de las primeras ediciones de La obediencia nocturna, de Juan Vicente Melo, entre otros tesoros.
“Venir a la feria es una aventura, el libro de uso tiene esa nobleza de que, a diferencia de los nuevos que están cerrados, se puede abrir. Como son viejos la misma estética de los libros es diferente: se ve el desgaste en la encuadernación y las láminas que traen son ilustradas”, comentó Rafael Alejandro Hernández, de El hombre Ilustrado.
Al adquirir una publicación vieja también compras una parte de la historia del objeto. Te encuentras libros con anotaciones o que contienen cartas y fotografías. Al revisar los exlibris, que muestran a quién ha pertenecido un libro, puedes descubrir que fue del exgobernador de Veracruz, Teodoro A. Dehesa, o que están firmados por Alfonso Reyes o Juan Rulfo; aseguró que la intención de su librería es acercar al comprador a un precio módico, a ese acervo que podría ser difícil de adquirir.
Esta feria no tiene un objetivo solamente mercantil, porque los libros están muy baratos, la intención es promover la lectura y la cultura entre los xalapeños, señaló Édgar Romero, de Los Libros de Úrsula. “Los libros vienen y van, la idea es que no se queden en un estante, sino que se reutilicen”.
Finalmente, Marduk Obrador, de la librería Los Argonautas, refirió que comprar en una librería de usado es distinto, por el precio y porque a diferencia de un establecimiento que vende libros nuevos, la selección depende más del gusto del librero, que hace una preselección del material y busca una publicación digna de pasar de mano en mano. “Nosotros tenemos viejas novedades”.

México tuvo cerca de 100 ferias del libro


Entre las más tradicionales se encuentran la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la del Palacio de Minería, la de Monterrey, la de Oaxaca, del Zócalo de la Ciudad de México o la de León, que ha tenido un crecimiento muy importante; pero a su lado están, por ejemplo, la de la delegación Benito Juárez, el Festival de la Lectura del Paseo de la Reforma, la de Chapingo o la del Libro Antiguo y Educación.

Sin embargo, cuenta la directora comercial de Urano Ediciones, Abigail Garrido, la utilidad que dejan las ferias puede llegar a ser muy buena porque es dinero en efectivo, sin descuento, casi una utilidad pura, porque el pago no es días de crédito, el dinero entra directo; pero a una feria se le imputan todos los gastos que se generan y es dinero que se pone en juego si no funciona.

“Hay ferias a las que se les pone dinero de más (es decir, se invierte más de lo que se gana) pero en las que hay que estar por razones de exhibición, de contacto con el público, de relaciones, de proyección. Por ejemplo, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se invierte muchísimo dinero, y ciertamente no siempre se recupera, pero la ganancia es indirecta, porque la plataforma de exhibición que te da la FIL ninguna feria te la da”.

Rafael Pérez Gay, director de Ediciones Cal y Arena, se muestra convencido de que las ferias del libro se han convertido, en especial en los últimos años, en el lugar de reunión de editores, escritores y lectores, lo que produce la visibilidad y, en algunos casos, las ventas de los libros.

“Me da la impresión de que en un país donde se lee poco, donde el mercado del libro es tan endeble, las ferias se han convertido en centros para conversar, discutir y vender, pero en particular formar un canon y dar a conocer autores. Si vas a todas las ferias y las atiendes bien, se vuelve un foco de ventas, no en balde todas las editoriales se gastan presupuesto para estar presentes.”

Utilidad pura

Samuel Cortés, responsable de ferias del grupo Santillana, en la participación en una feria hay responsabilidades que no siempre son tomadas en cuenta: no se trata sólo de tener libros, sino primero se hace un inventario, se preparan los equipos de cómputo, se capacita a los empleados, se ponen precios y todo eso cuesta dinero.

“También es cierto que reactiva a la industria, porque hay libros que se encuentran en la bodega y que llegan al lector: sin importar si es en Yucatán o en Baja California, muchas veces es la única manera de que llegan las publicaciones.”

Uno de los aspectos resaltados por Abigail Garrido es que la utilidad que dejan las ferias es importante tan sólo porque es dinero en efectivo, sin descuento, “una utilidad pura, porque el pago no es días de crédito, el dinero entra así; pero a una feria se le imputan todos los gastos que se generan y es dinero que se pone en juego, si la feria no funciona”.

Desde la perspectiva de Guillermo Quijas, director de Editorial Almadía y él mismo librero, lo más importante es que no sólo son un punto en el que se pueden fomentar el libro y la lectura, sino también un eje “de encuentro para muchas otras cosas: para que la familia se reúnan o para que escritores, editores y gestores puedan desarrollar proyectos a futuro”.

“Se trata más de un tema de promoción y presencia. Por ejemplo, en la FIL Guadalajara, si bien recuperamos los costos, es muy cara. No siempre las presentaciones están llenas, hay tantas actividades que muchas de ellas están con 10 personas, pero el hecho de estar ahí con los autores y el sello contribuyen a un currículo y aprendes cuál es la mejor forma de visitar Guadalajara, porque muchas cosas empiezan ahí y se concretan a lo largo del año.”

Otros espacios en los que sí se gana

Hay ferias en las que se gana dinero: las de saldo, como la del Auditorio Nacional, en la que quizá se gane menos dinero, pero el costo es menor, porque se lleva material de segundo mercado que ya está depreciado y la ganancia es más pura.

“Las ferias académicas tienen también su belleza: por ejemplo, la que organiza el Instituto Politécnico Nacional, es buena porque los maestros y administrativos pagan con vales que el Poli les obsequia para la compra de libros, y ya después el instituto nos paga a nosotros”, explica Abigail Garrido, directora Comercial de Urano.

Uno de los aspectos a los que menos atención se presta es a las pérdidas que tienen, pues llega a ser tal la cantidad de visitantes, que invariablemente desaparecen libros, lo que al final se refleja en los resultados que se pueden obtener con la presencia en dichos encuentros editoriales.

http://www.vanguardia.com.mx/mexicotuvocercade100feriasdellibro-1882681.html

En San Antonio concluyó la XIV Feria del Libro Usado

Martes 05 de Noviembre de 2013
F.L.U. de San Antonio
Cientos de visitantes acogió la Feria del Libro Usado de San Antonio. Foto: D.T.R.
Con gran éxito de público y ventas concluyó en el Centro Cultural de San Antonio la XVI Feria del Libro Usado, la que recibió más de una treintena de stands, un variado show artístico y diversas manifestaciones culturales.
En total fueron tres días de cultura y entretención alrededor de libros de incalculable valor, tanto por sus años de edición como su contenido, los que fueron admirados o adquiridos por quienes visitaron la muestra.
Al término de la misma, Hugo Soiza, uno de los organizadores del evento, señaló a LOGIN.CL encontrarse satisfecho con el resultado obtenido ya que “muchas personas que visitaron la FILSA supieron de nuestra Feria del Libro y vinieron a este evento, es por eso que queremos agradecer a los sanantoninos y a los turistas que visitaron este evento que hace 14 años es un éxito de gente”, indicó.
Entre los números artísticos y culturales que ofreció la muestra se puede señalar el “Show de los Libros”, reconocido programa d etelevisión a cargo del escritor Antonio Skarmeta; la presentación de Zalo Reyes, el Ballet Folclórico Nacional BAFONA y Pedro Lemebel entre otros autores, los que dieron el realce al evento que se ha convertido en una tradición del Litoral de los Poetas.

Organizan universitarios primera feria del libro usado



Confluyen en la feria: estudiantes, docentes, administrativos y público en general.
Los buscadores de libros encontraron ejemplares con precios de hasta 10 pesos. (Cortesía/Uqroo)
Los buscadores de libros encontraron ejemplares con precios de hasta 10 pesos. (Cortesía/Uqroo)

Redacción/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Géneros y generaciones, estilos y diversidad de gustos confluyeron en la primera feria del libro usado, instalada a lo largo del pasillo del edificio de Rectoría de laUniversidad de Quintana Roo (Uqroo) campus Chetumal.
Confluyeron en la feria: estudiantes, docentes, administrativos y público en general, todos con la intención ya sea de comprar o simplemente atisbar en alguno de estos módulos de la feria, organizada por el taller de formación lectora, que encabeza Citlalli Zumarán Rodríguez
Los buscadores encontraron ahí libros de hasta 10 pesos, con títulos que iban desde Reader's Digest a enciclopedias de salud, manuales de motos, best sellers, anime, manga o autores como Stevenson, Luis Spota, Henry Miller.
Cabe hacer mención que el taller de formación lectora se reúne cada tres días de la semana en la biblioteca y en un salón de edificio de Rectoría. Los alumnos encabezan proyectos de fomento a la lectura según su licenciatura; dichos proyectos los hacen extensos a la comunidad chetumaleña.

Monterrey tendrá una Feria del Libro Usado

El espacio es para gente que quiera ofertar sus textos que ya haya leído, así como editoriales independientes de la localidad.
El evento se llevará a cabo en un local del Barrio Antiguo.
El evento se llevará a cabo en un local del Barrio Antiguo. (Gustavo Mendoza)
Monterrey
Un espacio para fomentar el placer de la lectura pero a bajo costo, o una oportunidad para hacer un espacio en las bibliotecas personales.
Monterrey tendrá una Feria del Libro Usado, teniendo como sede el espacio Green point (Diego de Montemayor 1114 sur, Barrio Antiguo) donde se combinará la venta de libros con diversas actividades culturales el próximo 29 de noviembre.
Denise Reynoard Rojas y Sarahid García Sánchez señalan que la Feria del Libro Usado (FLU) abrirá su espacio tanto a gente que quiera ofertar los libros que ya haya leído así como editoriales independientes de la localidad que ofrecerán su acervo.
La iniciativa nació a partir de la demanda en intercambio de títulos que se dio en la página Trinchera Norte, de la red social Facebook.
"Los mismos usuarios fueron pidiéndonos que se hiciera una feria de este tipo", relata Denise Reynoard Rojas, administradora de la página.
Ante la oferta editorial que existe en la ciudad con la Feria Internacional del Libro de Monterrey así como la Feria Universitaria del Libro UANLeer, la FLU surge como un espacio para encontrar literatura a buenos precios.
Los participantes en la feria (previamente registrados) estarán ofreciendo títulos en buen estado y de diferentes géneros literarios. Se habla de una oferta mayor a los mil títulos, con precios que oscilan entre los 15 y 200 pesos dependiendo de cada postor.
Para buscar un libro usado en Monterrey hay dos espacios básicos: la calle Guerrero entre Modesto Arreola y Washington, el Mercado Juárez así como la calle Reforma y Juan Méndez.
A espacios tradicionales como Librería Cerda, la Ateneo o la Victoria se les invitó a formar parte del proyecto pero simplemente no hubo respuesta.
Por ello la mayoría de los participantes serán personas que quieran vender títulos que integran sus bibliotecas personales.
"Hay gente que literalmente no puede caminar en sus casas por las cajas de libros que tienen, y es un capital cultural que está encerrado y que no se comparte, entonces es una oportunidad para hacerlo accesible, opina Sarahid García.
El interés principal es abrir un nuevo espacio donde cualquier persona pueda adquirir un buen libro a bajo costo. La organización de la FLU es independiente pues no tiene apoyo institucional.
"Es importante llevar esto a un público más amplio y que no sólo sea gente de las letras. Realmente los libros son caros y mucha gente no se acerca por eso", comenta Sarahid García.
La FLU está programada para el viernes 29 de noviembre, con actividades que inician a las 16:00 con lecturas de obra, presentaciones de libros y conciertos. La participación de las editoriales independientes busca ser una alternativa para la distribución de sus colecciones.
"Hay muchas editoriales independientes en la ciudad y se les invitó para dar difusión al talento local", comenta Reynoard Rojas.
Aunque no es el fin principal, el evento está abierto a la posibilidad del trueque de libros entre el público y los participantes. Para las organizadoras, la capacidad de hacer una segunda Feria del Libro Usado dependerá de la respuesta del público que se reciba

Mañana será tarde para América Latina

Mañana será tarde para América Latina

MANUEL GIL
Es muy común escuchar en el mundo del libro que editar es un arte y vender es un milagro, pues bien, si aceptamos este supuesto, las librerías de América Latina se enfrentan a un enorme reto. En un continente con unos índices de lectura y por supuesto compra muy bajos (Argentina, 55%; Chile, 51%; Perú, 35% y México, 20%), con una cantidad de libros leídos al año también muy escasos (Chile, 5,4; Argentina, 4,6; México, 2,9, y Colombia, 2,2), ser librero tiene mucho de heroico y vocacional.
En ese continente hay un gran déficit de librerías, lo que no significa que en cada uno de esos países no existan extraordinarios establecimientos. Igual que no puede hablarse de un mapa editorial latinoamericano, tampoco existe uno de librerías: carecemos de un censo fiable y detallado —pese a los esfuerzos denodados de un organismo intergubernamental tan serio y profesional como elCerlalc—, pero las estimaciones más razonables ofrecen una cifra de librerías independientes y cadenas en torno a las seis mil, siendo sin duda el eslabón más débil de toda la cadena de valor. No hay una realidad librera, hay múltiples perspectivas y polimorfas realidades. La concentración de librerías en los grandes núcleos de población determinan enormes espacios del territorio sin librerías.
Las librerías de América Latina se enfrentan a un conjunto de problemas muy diversos, como los citados bajos índices de lectura, el Estado como canalizador de volúmenes de compras enormes en régimen de compra directa al editor, niveles de redistribución de la renta muy desiguales, una muy baja demanda, un bajo número de bibliotecas públicas, la piratería, la reprografía ilegal y, en el caso del libro importado de España, unos precios sobreinflacionados.
Se podría añadir que comienza a observarse unos volúmenes de producción de títulos ciertamente importantes en todos los países del continente, por ejemplo, en 2012 se publicaron 27.661 títulos en Argentina, 65.745 en Brasil, 27.745 en México, 14.235 en Colombia o 5.957 en Perú, esta producción también supone un reto importante en la gestión diaria de las librerías. Resulta curioso observar cómo es mucho más fácil comprar en Colombia un libro de España que uno de Argentina o Chile. Las redes de comercialización y distribución entre países del continente también deben mejorar mucho. En paralelo, hay una escasa política de asociacionismo gremial y una enorme carencia de informes fiables y precisos de ratios sobre el estado de salud del tejido librero. Una de las fortalezas que acepto de las librerías del continente, a diferencia quizá de España, es que el libro y la librería mantienen una enorme legitimación social. Las librerías constituyen en ese continente verdaderos bastiones de la dinamización cultural de barrios y ciudades, esto es innegable y muy importante.
A partir de estos roles parece sensato comenzar a plantear la formación de sellos de calidad para las librerías, con un compromiso explícito de las Administraciones públicas y Estados, y que ofrezcan un plus de valor a lectores y compradores. No olvidemos que, pese a todo, las librerías siguen siendo el canal principal de comercialización del libro, aunque ya se aprecia un ligero desplazamiento hacia centros comerciales e Internet.
En resumen, parece imprescindible incluir la librería en las agendas de impulso y desarrollo del libro en todos los países de América Latina, tengo la sensación de que en los diferentes planes de apoyo al libro de los Gobiernos de ese continente y en las políticas públicas, la librería ha sido la gran olvidada. Y un país se mide por su cultura y por sus librerías.
Manuel Gil es consultor editorial y autor del blog Antinomias Libro.

La nueva era de las librerías


Los espacios independientes se transforman para afianzar su futuro

Primavera de 2011. La escritora Ann Patchett se embarcaba en la promoción de El corazón de la jungla.Viajaría por Estados Unidos primero, luego a Reino Unido y Australia. Cuando llegó a Melbourne todo el mundo le preguntaba —en lugar de por su nueva novela— por Parnassus Books, la librería que estaba a punto de abrir en Nashville. ¿No sabía que las librerías independientes tenían los días contados? ¿Que los libros en papel estaban condenados a desaparecer? ¿Que ese tipo de lectura había muerto? Al enterarse de la asombrosa noticia, medios de todo el mundo, desde Alemania hasta India, solicitaron entrevistas para interrogarle sobre las razones de la heroicidad. A los treinta y tantos, Patchett se pagaba el alquiler escribiendo artículos de tendencias para revistas femeninas de las que aprendió una provechosa lección: estendencia aquello que tú decides denominar tendencia. “La librería independiente ha vuelto”, repitió a todo periodista dispuesto a escucharla. La autora relató la hazaña en un artículo publicado en The Atlantic que tituló La librería contraataca.
Y parece que así es. En 1995, un año después del lanzamiento deAmazon, que aspiraba a ser la mayor librería del mundo, en Estados Unidos había 7.000 establecimientos independientes, según laAmerican Booksellers Association. En 2009, el sector tocó fondo y solo sumaban 1.651, pero desde entonces no han dejado de crecer: el año pasado ascendían a 1.900 y festejaban un incremento del 8% en sus ventas con respecto a 2011.
En España la librería independiente resiste y se transforma. Según el censo actualizado que acaba de presentar la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), en estos momentos hay un total de 4.336 establecimientos. “Si tomamos 2008 como momento álgido de la economía del libro, la bajada se ha mantenido y, últimamente, acelerado [según el INE, en este último lustro el mapa se ha reducido en un 21,5 por ciento]. La librería siempre ha tenido una economía modesta, con unos márgenes muy ajustados que ahora se han reducido por la pérdida de poder adquisitivo y la descarga gratuita”, razona Juan Miguel Salvador, librero y tesorero de la CEGAL. Pero en este presente generalizadamente sombrío, añade, también existen razones para el optimismo: “A pesar del mal momento están surgiendo nuevas tipologías de establecimientos como, por ejemplo, los que combinan librería y cafetería, proyectos muy vocacionales que nacen con un carácter cultural fuerte. Es cierto, y es preocupante, que cierran librerías de fondo y abren espacios donde la presencia de libros es inferior, pero no deja de ser un síntoma positivo que hay que celebrar porque, en definitiva, es sangre nueva para el sector”. 
“Recíclate, recíclate”, le repetían a Eva Boj, veterana librera con experiencia en grandes superficies como la Fnac o librerías independientes como la desaparecida Rumor, que abrió hace seis meses Atticus-Finch. “Yo creo en la librería. Sé que montar una es un gesto de valentía, pero no creo en esta burbuja de miedo: siempre habrá gente interesada en leer. De la forma que sea”. Boj optó por el autoempleo e invirtió sus ahorros en un café-librería en el barrio madrileño de Conde Duque. Desde el principio tuvo claro que apostaría por ese modelo porque es lo que ella pide a una librería: un lugar donde sentarte a leer, tomar un café, escuchar música y conectarse a internet. “Los tiempos han cambiado y la librería que solo ofrece libros no atrae al cliente. Ahora queremos que sea un centro de reunión”, asegura. Ella también comparte la preocupación de la CEGAL: “Sería una pena que se perdieran esas librerías de fondo: en Rumor teníamos 40.000 títulos”. En Atticus-Finch, en torno a 3.000: Boj ofrece selección. “Antes de la apertura me pasé un mes leyendo listados de libros y tachando títulos. Todos los libros que están en la librería son los que me encantan. La mayoría los he leído y los que no son de autores que me gustan, acaban de publicarse y aún no me ha dado tiempo”. La librería tiene 48 metros cuadrados y, como no tiene escaparate, sus recomendaciones lucen en el escaparate de la vinoteca vecina, De Vinos, o en el restaurante García, donde han colocado un mueble rebosante de libros con el sello Atticus-Finch. “Me instalé en este barrio porque está renovándose, hay mucha gente joven y parejas con niños, un perfil desatendido en la zona. Muchos de los establecimientos son bastante nuevos, fundados de hace dos años para acá, así que colaboramos mucho entre nosotros. Hacemos barrio”.
“Se está produciendo una vuelta al trato personal, al librero de cabecera”, asegura Paco Goyanes de la librería Cálamo
En el repunte de las librerías independientes estadounidenses —que representan el 10% del mercado— tiene mucho que ver el auge del movimiento buy local, que defiende un consumo de cercanía beneficioso para la comunidad. A la suya, que cuida desde hace 46 años, debe lalibrería Gil de Santander la relativa placidez con la que está sobrellevando la crisis. “Nos hemos apoyado mucho en la venta al público, no en las institucionales”, explica Paz Gil Soto, que continúa junto a sus hermanos el oficio de sus padres, que abrieron la primera librería-papelería en 1967. Siempre han intentado que sus tres establecimientos fuesen espacios agradables, que sus libreros leyesen mucho para luego recomendar bien a los lectores y que su agenda de actividades fuese variada: “Organizamos presentaciones, cuentacuentos, tenemos un club de lectura en inglés, otro de filosofía básica y acaba de arrancar un taller de poesía al que se apuntaron 27 personas. Hoy tenemos una conferencia del hispanista Anthony Clarke sobre George Eliot y mañana viene Benjamín Prado”, enumera. Y ya le está dando vuelta a actividades futuras: “Estoy pensando en la especialización, quizás apostar por los libros de cocina y hacer cursos, organizar trueques de libros. Es importante innovar”.
El próximo 29 de noviembre es el Día de las Librerías, efeméride que la CEGAL impulsa desde 2011. En Reino Unido —donde cada semana cierra un establecimiento, según la Booksellers Association— sigue en marcha la campaña Books are my bag. En Alemania la iniciativa se denominó Vorsicht Buch! Todas ellas son una celebración de la librería, un recordatorio de la vigencia del libro de papel, un rechazo frontal a la presunta obsolescencia de la función prescriptora del librero. Todas ellas ofrecen descuentos especiales, horarios ampliados y actividades especiales. “Todavía no hemos logrado que la sociedad entienda que la librería forma parte del entramado cultural, que no somos meros comerciantes, que aportamos un valor añadido. La programación de las librerías españolas supera en cantidad y calidad a la de la mayoría de centros culturales de este país”, apunta Paco Goyanes de la librería Cálamo de Zaragoza, que acaba de celebrar sus 30 años de existencia. A pesar de la caída de las ventas, de que trabaja más que nunca, Goyanes empieza a entrever una tendencia esperanzadora: “Es difícil de valorar porque estamos en un momento de gran debilidad, pero creo que se está produciendo una vuelta al trato personal, al librero de cabecera”. Y ese es el camino, apunta Salvador, el principal activo de la librería para atar su futuro: “Lo valioso es lo que se produce en la interacción, no renunciamos a la presencia online, pero buscamos el encuentro, la conversación. Debemos reivindicar la dimensión física de las librerías, que son sitios donde ocurren cosas”.
Para que la forzosa resistencia de la librería se transforme —lo antes posible— en holgada supervivencia en la CEGAL están trabajando en un sello de calidad para los establecimientos y en un plan de apoyo —el Ministerio de Cultura se ha comprometido a desarrollarlo antes de que termine la legislatura—, que acerque la realidad de la librería española a la de la francesa, donde están convencidos de la importancia de los libros y de las librerías. El pasado junio su ministra de Cultura, Aurélie Filipetti, avisó a Amazon de que no toleraría que su “competencia desleal” y “piratería fiscal” hiciesen mella en el tejido librero francés. Y a principios de octubre cumplió su promesa: desde entonces debaten una propuesta de ley para prohibir que gigantes del comercio electrónico como Amazon o la Fnac ofrezcan descuentos del 5% sobre el libro —el permitido por ley— y, además, gastos de envío gratuitos.
Evidentemente, no se espera una reacción similar, pero con apoyo gubernamental el futuro sería menos incierto. Prometedor incluso. Aunque hay algo que el sector debe asimilar, opina Salvador —como librero, aclara, no como portavoz de la CEGAL—: “El gran desafío es asumir que el montante de la industria editorial se ha hecho más pequeño. No vamos a volver a 2008 y en ese escenario tendremos que encontrar la sostenibilidad económica y social”.
Jorge Carrión mantiene desde hace más de 15 años un archivo consouvenirs —tarjetas de visita, folletos, postales, catálogos, bolsas…— de todas las librerías que visita. Tenía otro, mucho más modesto, de libros sobre librerías. “Este fue más fácil porque apenas hay libros de no ficción sobre la materia. Me di cuenta de que alguien tenía que escribir un libro como Librerías, un monográfico de la historia de las grandes librerías y de los libreros, que uniese la tradición textual con mi archivo de viajes”, relata. El libro, que quedó finalista en el Premio Anagrama de Ensayo, no debe entenderse como una concesión a la nostalgia de un mundo que desaparece, al contrario, Carrión desconfía de mensajes apocalípticos, pero considera que, en el futuro, las librerías deberían reivindicar su importancia. “¿Por qué yo no sé en qué librería de Madrid compraba sus libros Juan Benet o Valle-Inclán? ¿Por qué no se crea un discurso cultural y turístico sobre las librerías? Cuando hacemos la ruta de los cafés en Madrid, ¿por qué no incluimos las tres o cuatro librerías que puedan sobrevivir de esa época? Supongo que porque ellas mismas no han tenido conciencia de su importancia histórica o porque hasta ahora les ha ido bien el negocio y no han reaccionado. Pero si vamos a City Lights es porque forma parte de la historia de San Francisco y porque está en la Lonely Planet. El patrimonio también debería tener en cuenta la librería”.
A finales de 2010, Nashville, ciudad que supera los 600.000 habitantes, amaneció sin librerías —solo sobrevivieron las de viejo—. Si Ann Patchett decidió abrir Parnassus Books fue porque no quería vivir en una ciudad sin librerías y, también, porque quería un espacio donde vender sus libros: aún no se ha inventado un mejor escaparate.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Esperan más de 16 mil asistentes a la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo Guadalajara

Esperan más de 16 mil asistentes a la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo Guadalajara
Miércoles, Noviembre 6, 2013 - 13:54
Con la participación de 17 librerías y más de 60 actividades diversas, entre conferencias, talleres y charlas sobre literatura, del 8 al 17 de noviembre, en los portales de la presidencia municipal, se realizará la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo Guadalajara. En este periodo, se espera la afluencia de más de 16 mil personas. 
Así lo dio a conocer Ricardo Duarte Méndez, secretario de Cultura Municipal, durante la presentación del evento, en el que acompañado del presidente de la Asociación de Libreros de Guadalajara, Antonio Mendoza Tabares. 
En esta ocasión se contará con la participación de libreros locales, de la ciudad de México, Aguascalientes y San Luis Potosí; editores independientes y del Archivo Municipal. Asimismo habrá la sección Memorial de Guadalajara con presentaciones que rescatan la memoria histórica local y regional, y principalmente la vida y obra de dos jaliscienses ilustres: Juan José Arreola y José Clemente Orozco.
Aunque el género literario es abierto, se espera la venta de colecciones de escritores destacados como de Juan Rulfo y del propio Juan José Arreola, entre otros.
También se contempla otorgar un reconocimiento a la escritora Magdalena González Casillas, quien tiene más de 50 años como docente, y al bibliófilo Guillermo García Oropeza.
El programa de la Feria del Libro Usado y Antiguo Guadalajara también tiene actividades para los niños, como talleres de literatura, con el objetivo de motivarlos a leer, ya que, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano, el 43 por ciento de los jaliscienses en el último año, leyeron un libro completo; mientras que solamente 29 por ciento, de uno a tres libros.

Realizarán la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara

Realizarán la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara

Con la participación de 17 librerías y más de 60 actividades diversas, como conferencias, talleres y charlas sobre literatura, del 8 al 17 de noviembre en los portales de la presidencia municipal se realizará la Cuarta Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara.
miércoles, 06 de noviembre de 2013

Guadalajara, 6 Nov. (Notimex).- En este periodo, se espera la afluencia de más de 16 mil personas, afirmó Ricardo Duarte Méndez, secretario de Cultura Municipal, durante la presentación del evento, en la que estuvo acompañado del presidente de la Asociación de Libreros de Guadalajara, Antonio Mendoza Tabares.
Indicó que en esta ocasión se contará con la participación de libreros locales, de la ciudad de México, Aguascalientes y San Luis Potosí, así como editores independientes y del Archivo Municipal.
Asimismo, habrá la sección Memorial de Guadalajara con presentaciones que rescatan la memoria histórica local y regional, y principalmente la vida y obra de dos jaliscienses ilustres: Juan José Arreola y José Clemente Orozco.
 

Explicó que aunque el género literario es abierto, se espera la venta de colecciones de escritores destacados, como de Juan Rulfo y Juan José Arreola, entre otros.
 

También se contempla otorgar un reconocimiento a la escritora Magdalena González Casillas, quien tiene más de 50 años como docente y al bibliófilo Guillermo García Oropeza.
 

El programa de la Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara también tiene actividades para los niños, como talleres de literatura, con el objetivo de motivarlos a leer.

Libros viejos para nuevos lectores IV Feria Nacional del libro Usado y de Ocasiòn Guadalajara



  • Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara
  • La primera edición de Pedro Páramo está entre los ejemplares que se exhiben en los portales del Palacio Municipal de Guadalajara
GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2013).- En la cuarta edición de la Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara, que se realiza hasta el 17 de noviembre en el Palacio Municipal, se ofrecerán para su venta las primeras ediciones de obras como Pedro Páramo, de Juan Rulfo; La Feria, de Juan José Arreola y de Historia de México, de Lucas Alamán, un libro con más de un siglo de existencia. 

Participan 17 librerías que ofrecen alrededor de 60 mil libros de todos los géneros literarios que actualmente son muy difíciles de conseguir, explicó el secretario de Cultura tapatío, Ricardo Duarte, ya sea por tratarse de ediciones discontinuadas o con características físicas que los hacen únicos, y pueden acercarlos, inclusive, al valor de una pieza de arte por sí mismo, más allá de su contenido.

El libro de Pedro Páramo, publicado en 1955, puede cotizarse entre los 15 mil y 20 mil pesos; la obra de Lucas Alamán, de 1849, ronda los 18 mil pesos, indicó Antonio Mendoza Tabares, presidente de la Asociación de Libreros de Guadalajara.

En esta ocasión se realizará un homenajes a Juan José Arreola, pues su libro La Feria cumple 50 años de haberse publicado, y a José Clemente Orozco, por el 130 aniversario de su natalicio; en el evento estarán Orso Arreola, hijo del escritor de Zapotlán el Grande, y José Clemente Orozco Farías, nieto del muralista también nacido en Zapotlán.

Habrá un reconocimiento para Magdalena González Casillas y Guillermo García Oropeza, referentes en el mundo de la crónica en la ciudad, en un “Homenaje a dos tapatiólogos”, y conferencias como “Los guerrilleros presos y desaparecidos de Guadalajara”.

La exposición y venta de libros se realizará del 8 al 17 de noviembre, de las 10:00 a las 21:00 horas.

La cuarta edición


Con la presencia de librerías locales y algunas de la Ciudad de México, Aguascalientes y San Luis Potosí, se realiza la cuarta edición de la Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara.

El programa para este año cuenta con la presentación de 33 libros, 20 conferencias así como un par de talleres infantiles y para la elaboración de artesanías. La Asociación de Libreros de Guadalajara A.C. y la Secretaría de Cultura de Guadalajara, también ofrecerá dos mesas redondas todo esto en los Portales de la Presidencia Municipal.

En total son 63 actividades las que forman parte la feria que busca preservar el gusto y el fomento de la lectura. En el evento estarán presentes las editoriales La Casa del Mago, La rueda cartonera, Arlequín, Ediciones el viaje, la Zonámbula, editorial Libros invisibles, editorial Salto mortal, editorial Temacilli, Archivo municipal de Guadalajara y Editorial Edhalca.