jueves, 5 de febrero de 2015

Jóvenes aún Prefieren los Libros Impresos

Jóvenes aún Prefieren los Libros Impresos

Ya se Cansaron de Leer en Pantallas: Juan Vera
Por Liliana Ramírez Macías
Juan Vera cuenta desde hace un año con una librería en el Centro Histórico de la capital (Foto: Juan Carlos Gómez Solís)
Juan Vera cuenta desde hace un año con una librería en el Centro Histórico de la capital (Foto: Juan Carlos Gómez Solís)
A pesar de que las nuevas tecnologías han invadido a las recientes generaciones, niños y jóvenes aún prefieren los libros impresos, pues en ellos es más digerible la lectura, además de que experimentan “el placer de tocar un libro”, comentó Juan Vera, quien desde hace un año cuenta con una librería en el Centro Histórico de la capital, ubicada en la calle Mariano Matamoros, casi esquina con Venustiano Carranza.
Entrevistado por Pagina 24, don Juan comentó que los libros no deben ser vistos como una mercancía, sino como “un puente entre seres humanos”, los cuales “encierran una gran sabiduría de la que prescindimos los seres humanos porque nunca tenemos tiempo para acercarnos a ellos y por eso nos va como nos va”.
Si bien en los últimos años las nuevas generaciones se comenzaron a deslindar “del libro papel” para sumirse en los medios electrónicos, actualmente “están volviendo al papel porque ya se cansaron de leer en pantallas. Están experimentando el placer de tocar un libro”.
Mencionó que 70 por ciento de las personas que acuden a su librería son jóvenes, aunado a que recibe entre 70 y 100 visitantes diariamente.
En su librería ─dijo─ se hacen todo tipo de gestiones, “desde comprárselos, o se los canjeamos por otros, los intercambiamos. Hay algunas personas que por escases de recursos me pagan una cantidad mensual y ellos tienen derecho a leer todo lo que quieran al mes”.
Aseveró que su intención al abrir una librería es “despertarles esa inquietud de que en estos locales está encerrado lo mejor que ha dado el intelecto humano desde su aparición en la vida, esto es lo que nos han dejado todas las generaciones, y no acercarnos a ellos es incomprensible, porque bien dice el dicho que el que no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Aunque don Juan se dedica a las finanzas, desde hace un año decidió abrir una librería porque “es una pasión. Opté por poner este negocio porque parte de las personas involucradas en este ramo tienen la obligación de orientar a otras en sus preferencias literarias. No es vender un libro, sino es darle a quien viene aquí algo que le nutra, algo que le abra nuevos horizontes, que le haga reflexionar”.
Igualmente ha inculcado el hábito de la lectura a sus dos hijos, tan es así que actualmente son unos profesionistas exitosos, pues mientras que su hija se tituló en Ingeniería Industrial y trabaja en el extranjero, su hijo optó por la Medicina y hoy en día estudia una especialidad en el Hospital de Nutrición de México.
Por último, don Juan agregó que la gran mayoría de los libros de su local forman parte de su biblioteca personal, la cual comenzó a formar desde que era un niño, y con el afán de transmitir ese acervo cultural a las nuevas generaciones, fue que optó por compartirla.
http://pagina24.com.mx/local/2014/10/18/jovenes-aun-prefieren-los-libros-impresos/

1 comentario:

Unknown dijo...

YO . . . EL LIBRO USADO

“Soy conocimiento, luz y pensamiento.”

Orgulloso grito,
mi origen bendito,
nací en una imprenta,
sin mancha ni afrenta.

Crecí en los estantes,
baldas, confortantes,
pasé varios años
en los entrepaños.

Anaquel, repisa,
sin correrme prisa,
me mostré en vitrinas,
algunas muy finas.

Probé aparador,
también mostrador,
sabia estantería,
de una librería.

Por cierto descuido,
caí en el olvido,
sólo, sin respaldo,
viví siendo saldo.

En bodegas varias,
sintiéndome paria,
estuve apilado,
dañado, . . . cansado.

Lleno de pesares,
conocí bazares,
anduve en las “ferias”
de las periferias.

En tianguis de barrio,
padecí “mal fario”,
sentí escalofrío,
toqué suelo frío.

Sufrí, cual gusano,
fui de mano en mano,
de gente ignorante,
conducta aberrante.

“Cháchara”, me dicen,
“viejo”, me maldicen,
arrancan mis pastas,
preciosas y castas.

Me rompen las hojas,
que lucen añosas,
me pisan, me avientan,
mi ser desalientan.

Hoy, luzco maltrecho,
mas no soy desecho,
aunque estoy “usado”, . . .
quiero ser comprado.

Respeto exijo,
con celo prolijo,
requiero cuidado,
ser revalorado.

Pues, no soy “pirata”,
de tinta barata,
cultura contengo,
a eso me atengo.

Necesito, urgente,
por lúcida gente,
ser reglamentado
y . . . dignificado.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 15 de octubre del 2007
Dedicado a mi papá, Gonzalo Ramos Amaya (QEPD)
Reg. SEP Indautor No. 03-2008-071113112400-14