martes, 2 de febrero de 2010

Las diferentes etapas del librero de Viejo

La presunción de revelar como son los tipos de clientes-lectores, nos hace reflexionar en la etapas y clasificaciones del librero de viejo o lance, para así completar el circulo.

El librero joven de piso.
Mi estimado Fermín López Casillas, Él de familia librera, su padre fundador del tianguis de la Lagunilla en la Ciudad de México, mercader de corazón, librero anticuario especializado en historia de México. Me propuso -Sí quieres ser librero tienes que empezar en el piso, como todos-, en el piso, tianguis, plazas es donde sufres, agarras experiencia, solo así aseguras no dejar la librería cuando esta en un local. Los mercaderes de lance, comienzan en el piso visionan algún día tener su librería, sufren las tempestades de la lluvia (el agua deja basura), el Sol ( pandea los libros), el frío al descubierto, se provee de gorras, paraguas, plásticos o hules, tiene pocos libros y su primer razón es dar un buen servicio, queda mal al no llegar temprano donde le localizan sus clientes, en muchas ocasiones la situaciones climáticas desvían su horario. El librero de piso vive al día, no puede almacenar muchos libros, trata de conseguir afanosamente libros solicitados. En el otro lado de la experiencia aprende que con pocos libros sobre vive, al ver que vende más que un establecido, su percepción esta basada en los pocos ejemplares y rápido desplazamiento, esto mientras este en un buen punto de venta (Callejón la Condesa, Centro Histórico de la Ciudad de México), pero cuando deja de serlo busca otro lugar lucrativo o bien abandona el oficio, considera caro un local comercial. El piso ofrece la compra venta de los ejemplares pueden presentarle un problema con la policía, al tener encima una investigación por la adquisición dudosa. No falta el ladrón de libros que llega con un buen lote y el joven librero de piso sin experiencia toma libros investigados. Los mercaderes que pasan la prueba acida del piso y construyen su librería establecida, valoran no estar al intemperie y el daño a sus libros y establece un horario de trabajo a sus necesidades. La importancia del piso en la formación del joven librero es vital.

El librero sin librería.
Es un personaje letrado, conocedor, casi indigente, se cuela a todas la ferias del libro, visita todas la librerías conoce los acervos de los mercaderes, encuentra a sus clientes en los talleres literarios, congresos, simposios, tertulias, parques, museos, exposiciones, etcétera, son una veta importante para la venta, consigue, acuerda, libros a domicilio. Conoce las bibliotecas publicas y privadas más importantes de la ciudad. Se relaciona seduciendo a sus clientes con promesas de ediciones príncipes, raros, escaso, agotados, primeras ediciones, incunables, ex libris y obras de arte. La adquisición las hace en las librerías o visita las bibliotecas privadas incitando a los particulares a la venta de los libros más valiosos, con tretas dignas de un estafador. En muchas ocasiones sabe quienes roban libros y pueden tener nexos con ellos ( no es una regla). Persiguen las bibliotecas privadas antes de que lleguen al mercader de viejo. Crea su propia fama buena o mala, por lo regular no tiene pareja. Sabe quien necesita el libro y quien lo tiene. Eleva mucho el precio de sus libros y las cualidades de los mismos, pocos saben su dirección y teléfono. Otros hacen verdaderas cadenas entre lo raro y lo místico. Cabe citar la novela de “El Club Dumas” de Pérez Reverte. Advertencia tenga cuidado con sus acuerdos pueden quedarle mal, libreros y lectores.

El joven librero.
La motivación de poner la librería puede estar en el interés de la lectura o como un fin de sobre vivencia, en realidad cada uno tiene su propia historia, y se es joven alguna vez.
El joven librero comente constantemente errores en sus compras, en valuaciones, ventas y atención al lector. No deja de tener la motivación de seguir adelante y es creativo, pero los libreros experimentados le pueden cuestionar mucho y no apoyan sus propuestas, pero depende del librero joven la creación de editoriales, encuentros, conferencias, nuevas formas de presentar el libro o la librería y gana envidia si comienza a tener éxito. Siempre es sangre nueva a la profesión, llegan a innovar el mundo librero. Muchos jóvenes libreros organizan eventos, literarios en su local, en ocasiones se ven envueltos en la dinámicas que crean más problemas de los que resuelven.
En muchos casos es arrogante, persuasivo, elocuente, de buen corazón, metiche, independiente, criticón de los lectores, buen lector y buscador de buenas bibliotecas que enriquezcan su local. Sabe de memoria cada uno de sus ejemplares, tiene pocos y los valora mucho. Los estados de animo van desde la euforia a la depresión, la buena venta le motiva, se pregunta todos los días si logrará tener la librería que soñó, la visita de un investigador que le aliente y la esposa comprenda su pasión por los libros o ya comienzan los jalones del divorcio . Él no atina en como atender al cliente sabio que aprovecha la presencia de otros lectores, toma el mando de su propia librería y siempre le cuestiona como valúa los libros y hace gala de la poca experiencia, evidenciando en consejos al joven librero con placer de humillarle. La compra de libros la hace elevada para conservar su clientes vendedores y hacerse de libros comerciales, en ocasiones desprecia los la lectura de superación personal o lo temas que no le interesan. Los libreros jóvenes no tienen edad, he encontrado desde 16 años en la Ciudad de México hasta de 60años que han decidido continuar su vida ahora ya jubilados en este oficio, claro entre mayor edad no enfrentan situaciones tan adversas en las relaciones humanas, La edad del librero se mide con los años en un local establecido con libros, no en edad biológica.

El librero abusivo
Es de corte más experimentado, por los menos cuenta con 10 años. No le importa hacer pagar al cliente caro los libros que identifica tienen importancia, él creara la atmósfera de rareza, antigüedad u otro artilugio para sus clientes, hace inspecciones oculares de la vestimenta del lector, verifica si tiene una cartera gruesa de dinero o pagará con tarjeta de crédito, no le importan los estudiantes y saben que tienen que comprar su libro sin importar el precio o quién lo tiene más barato, pocas veces se identifica con la necesidad del cliente en lecturas, solo atiende los lectores que llenaran sus caudales, usualmente tiene empleado al cual se dirige despectivamente o establece su rango de dueño. Cambia los precios de los libros según la demanda en el mercado. Revisa constantemente las cuentas, no participa en exposiciones a menos que financieramente este en crisis. Es amigable con los hombres de negocio y solo saca a relucir su elocuencia con las compras de gran monto.

El librero persuasivo.
Es apasionado de la lectura ha definido su gusto, puede tener algunos años en el negocio de lance, no descuida ningún cliente, invita a leer, enamora a los lectores, saca libros y libros de la estantería hasta encontrar el gusto del lector, es capaz de leer sus poemas a dama dispuesta a la escucha. La reunión es obligada se le juntan uno o varios clientes para solicitar recomendación de lecturas, tiene clientes constantes y contentos, vuelven de manera cotidiana para escuchar sus consejos, historias y confesar sus intimidades ( es un confesor ).. Él gana la confianza de sus lectores tiene pocos problemas con sus lectores o recomendaciones, es sonriente, calma tempestades.

El librero de corazón.
Contiene partes del persuasivo, pero pasa por casi por todas las etapas del mercader de viejo, siempre esta pobre. Gasta mas en sus compras de lo que puede presupuestar, se le derrama la emoción cuando encuentra libros en la basura, los rescata, los repara. No busca ser amigo de los clientes pero tiene una lista enorme, hace alianzas, no le importa el nivel académico de sus clientes, vierte en ellos la poca o mucha información que tiene sobre el tema, vende libros de su biblioteca personal cuando se identifica con el lector. Construye ferias del libro, apoya y asesora a sus compañeros libreros, siente gozo cuando se abre una librería más en su localidad. No lee para vender, leer por necesidad personal, escribe para él mismo, hace investigación y puede a llegar a imprimir o publicar (como Nicolás Casillas ), si se lo permite, se critica duramente. Es hombre de familia, no pasa mucho tiempo con ella por atender su negocio, por lo regular el mismo atiende a sus clientes, no le gusta nadie mas lo haga. El único territorio seguro que conoce es su librería. Algunos libreros de corazón se han convertido en consejeros de políticos, no le gusta figurar en los eventos, siente su labor hecha cuando convierte televidentes en lectores. No le interesan los títulos académicos, sabe que puede aprender más de los libros que una universidad, no desprecia las escuelas, las universidades, reconoce sus profesionistas cuando estos crean textos que ayudan a la sociedad, comprende espacialmente la situación de la letra impresa y no abandona la venta del libro hasta que llegue un bombero a quemarlo (451, Ray Bradbury). Con los estudiantes hace descuentos, regala libros, guarda obsequios para sus clientes, en ocasiones puede financiar ediciones. No deja de preguntarse por que esta metido en el negocio de los libros cuando las ventas son malas, no escucha a familiares y amigos cuando le frasean que abandone este mal negocio, traza su vida en la congruencia, no el importan los descalabros él sigue adelante.

El librero metiche.
Él tiene la juventud, sugiere libros, le dice a sus clientes que su selección es incorrecta basa su juicio en lecturas mas adentradas en el tema, y persuade en dejar ese mal libro para tomar otro mejor. Los clientes por lo regular le huyen debido intromisión en sus lecturas, termina en malas relaciones con muchos lectores hasta que recapacita y da continuidad de la mesura.


El librero experimentado.
Se involucra en la venta, le interesan su clientes, compra la mayor parte del material que le llega a sus manos, sabe que todo libro puede ser importante para alguien en algún momento, se le puede pedir un descuento pero nunca frente a otros clientes, pero su carácter puede cambiar a la falta de interés franco del lector, identifica a los clientes honestos y fanfarrones, en las ventas y las compras, cuales compras se realizarán y cuales no. Él ha pasado por casi todas las etapas antes mencionadas, y el dinero solo le importa para cubrir los gastos operativos de la librería. El puede tener deudas importantes o grandes inversiones en libros, en los casos de mayor éxito tiene asegurado su futuro en la librería, se esta especializando. Reconoce los libros importantes por su portada, empastado a lo lejos, no es fácil engañarle, sus clientes lo han nutrido, no deshecha visita a bibliotecas privadas, le excita encontrar libros raros, crea un ambiente de seguridad a su proveedor o cliente, aún sabiendo que no realizará la compra de la biblioteca. No menosprecia a sus compañeros libreros, no regatea cuando le interesa un ejemplar en otra mercadería de viejo.
Tiene su biblioteca personal, los pocos que la conocen la envidian, aun cuando no le fascinen los ejemplares antiguos. El Internet lo ve como una herramienta, no siente el desplazamiento de su librería, porque construyó una solidez en clientela. Tiene hijos y comienza a construir su legado, no todos sus hijos se dedicaran a la mercadería de lance.

Nota si usted tiene alguna otra definición anexe su comentario o correción.
César Diz

4 comentarios:

Rodrigo Ortega dijo...

¡¡¡Uhhh tantas personalidades en un librero!!!

Son tantas las facetas del librero que son un tema aparte, y muy rico, dentro del universo libresco. En algún momento sería interesante revisar la vida de los que han sido libreros-impresores como Manuzio, la de libreros-encuadernadores como en España sucede.

Yo no quiero añadir a tu lista porque me parece encantadora como está pero quisiera porponer algunos personajes que yo conozco:

El Librero mercachifle. Ese que le da lo mismo vender libros que vender tortas.

El Librero de Superación. Aquel cuyos temas se reservan a la Superación Personal.

El Librero mitológico. Ese que siempre promete traerte alguna edición y nunca cumple, el que dice que tuvo la Crónica de Nuremberg en sus manos ó el que dice que su negocio es un fracaso.

El Librero Sensei. Ese que con aires de grandeza nunca te pone atención. El que suele no tener una menuda idea de como se hace un libro porque lo que le importa (dice el) es la esencia.

El Anti-Librero. Aplicase a todos los que nos dedicamos a hacer libros, con afición bibliófila, pero que no tenemos la sangre fría para ponerle el precio aun libro y verlo partir.

Esa es mi humilde aportación al tema. Un saludo y buena vibra

Rodrigo Ortega dijo...

Me corrijo:

El Super-Librero. Aquel cuyos temas se reservan a la Superación Personal

:)

Cesar Diz dijo...

Estimado Rodrigo:

Pronto, edito la entrada con su valiosa colaboración.

Saludos
César Diz

Libros Rodantes dijo...

Salud!

Habemos quienes somos pareja y felices de ser libreros, competimos armoniosamente por saber uno mas que otro sin humillación alguna. Pero siempre terminamos comprendiendo que hay libros para todos y que el valor de uso depende de quién lo compra, es ahi donde fijamos el precio final.