Fallece en Madrid José Antonio Fernández Berchi, regente de uno de los puestos más populares de la Cuesta de Moyano y quien tuvo entre sus clientes y amigos a personajes como Alberti, Buero Vallejo y Umbral
Marta Caballero
El librero de viejo José Antonio Fernández Berchi ha fallecido este miércoles en Madrid a la edad de 83 años a consecuencia de un edema pulmonar. A pesar del "bajón" de los últimos seis meses, el librero, que desde el año 41 regentó uno de los puestos más populares de la madrileña Cuesta de Moyano, gozó hasta el final de "muy buena salud y, sobre todo, de una gran memoria de buen librero y bibliófilo", destaca su nieta, Lara Sánchez Fernández.
Amante de su oficio, como todos los que se dedican al casi vocacional negocio de los libros antiguos, Fernández Berchi presidió la Asociación de Libreros de Lance de Madrid. Personaje muy conocido en las letras del país, siempre quiso pasar desapercibido, como recuerdan sus familiares, de forma que su trascendencia por ser el librero de muchos de los escritores de las últimas décadas no se equipara a la escasa notoriedad que él eligió.
Fernández Berchi heredó el puesto 26 de la Cuesta de Moyano en el año 41. Hasta antes de la guerra ya lo había regentado su padre, que falleció durante la contienda. Desde entonces, y según recuerda su nieta, "él siempre estuvo allí, de lunes a domingo". Durante estos años, fue promotor y fundador de la Feria del Libro Antiguo de Recoletos y presidió la Asociación de Libreros del Lance de Madrid, así como la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. Fue él, precisamente, quien introdujo los famosos pregones que inauguraban esta cita y por los que desfilaron, uno a uno, sus clientes más ilustres. De Alberti a Umbral, de Ayala a Caro Baroja.
A finales de los ochenta, prologó el libro editado por el Ayuntamiento de Madrid La Feria del libro de la Cuesta de Moyano, en el que habló de su experiencia en uno de los rincones literarios más populares de la capital. Su puesto fue, durante muchos años, punto de encuentro de escritores en torno al cual se formaban numerosas tertulias improvisadas. Entre sus clientes se encontraban Ayala, políticos como Trillo, Pío Cabanillas (padre) y también Caro Baroja, Gómez Navarro, Mingote, Francisco Nieva, Andrés Trapiello, Antonio y Juan Manuel Bonet, Octavio Paz, Javier Rioyo, Javier Gurruchaga, Alfredo Mañas, Alberti y Ian Gibson, éste último desde antes de venir a España y cuyas obras en torno a Lorca y Machado siempre estuvieron relacionadas con los ejemplares de los que le proveía Fernández Berchi.
"Mi abuelo hablaba mucho de Umbral. Decía que cuando empezó a participar en los ambientes literarios, le comentó que Cela le había sugerido que buscase su propio estilo, consejo que, según relataba, siguió a rajatabla", rememora la nieta del fallecido.
Entre sus libros más queridos se hallaba uno de dedicatorias de personajes que pasaron por su puesto y en el que, en un primer vistazo, se observan las cariñosas firmas de José María de Cossío, Dionisio Ridruejo, Buero Vallejo, Tierno Galván, Gabriel Celaya (a quien le valoró su biblioteca), un dibujo de Mingote y, una vez más, Umbral.
Un instrumento para los ambientes literarios
"No era una persona de acudir a tertulias y todos lo conocían por su posición física en la cuesta, por las charlas se formaban allí. Era un instrumento para los ambientes literarios", descubre su nieta, quien añade que "todos los que pasaban por la tienda se convertían en amigos por su agilidad para adelantarse al cliente y guardarle los ejemplares que pudieran interesarle".
El entierro será este jueves a las 12 en el Cementerio Sur de Madrid.
fuente.
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/56/El_último_librero_de_Viejo
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